PeCA: Por tierras jienneses y manchegas

Llevaba tiempo con ganas de dedicarme unos cuantos días a la pintura de un modo intensivo. No lo hacía desde el verano pasado. En agosto de 2014, “El Bosque” me dejó agotado, pero con una maravillosa sensación que no cambiaría por nada.

Este año debía cambiar mi mirada, buscar otros entornos, otros paisajes a donde aproximarme, dicho en el sentido menos táctil. “Aproximarme” para estar en contacto con la naturaleza. Debía alejarme de las boscosas montañas de Riopar para no pensar en el trabajo del estío anterior. Partir de cero.

Es increíble cómo conduciendo unas decenas de kilómetros varía el medio. Para alejarme de Riopar debía cruzar un puerto de montaña. Fuera hacia donde fuera debía cruzar la sierra. En esta ocasión han sido dos semanas. La primera de ellas he conducido hacia el suroeste. Al atravesar el Puerto del Arenal, enseguida se alcanza la provincia de Jaén. El inmenso mar de olivos me engulló antes de darme cuenta. Hablar con las gentes del lugar me ayuda a elegir el sitio donde pasaré las siguientes horas. He de encontrarme a gusto. Un montón de fotos, varios videos y tres acuarelas son el resultado de esa semana por tierras jiennenses. No quiero olvidar esos nombres: Torres de Albanchez, Benatae, La Puerta del Segura, Orcera.

Olivo. Torres de Albanchez. Jaén, ag 2015

Olivar en Benatae. Jaén, ag 2015

En Tierras de Jaén. Recuerdo de El Bosque. ag 2015

La segunda semana conducía, cada día, hacia el norte. Cruzar el Puerto de las Crucetas y encontrarte en otro mundo es todo uno. La Mancha, con toda su aridez de agosto, su aspereza, y su calor me resulta impresionante. El Ballestero, Lezuza, Munera, Villahermosa, fueron mi recorrido. Otro montón de fotos, otros pocos breves videos, y otras tres acuarelas, lo atestiguan.